CONSIDERACIONES SOBRE EL ORIGEN DEL NOMBRE DE LOS NÚMEROS EN TAGALOG POR Don T. H. Pardo de Tavera Doctor en Medicina, Alumno diplomado de la Escuela de lenguas Orientales de París, Comisionado científico de S. M., Delegado general de la Société Académique Indo-Chinoise, Miembro fundador corres. de la Sociedad Española de Higiene, Socio de la Antropológica de Berlín y de las Económicas de Filipinas y de Cádiz, Laureado de la Real Academia de Medicina de Madrid, Caballero de la Real órden de Cárlos III, Comendador de la de Cristo de Portugal, etc., etc. --(Publicado en "La España Oriental")-- MANILA Tipo-Litografía de Chofré y C.ª Escolta, num. 33 1889 _A la memoria de mi sabio maestro El Abate P. Favre, Misionero apostólico en Malasia, Profesor de Malayo y Javanés en la Escuela de lenguas Orientales de París, Caballero de la Legión de Honor, Oficial de Academia, etc. etc. T. H. P. de T._ CONSIDERACIONES SOBRE EL ORIGEN DEL NOMBRE DE LOS NÚMEROS EN TAGALOG I La idea que me guia al emprender este pequeño estudio, es no solo buscar de que lengua le viene al tagalog el nombre de los números, sino averiguar también, en lo posible, el significado primitivo de las palabras que hoy día significan sola y exclusivamente _una cifra._ Estamos acostumbrados á contar desde nuestros primeros años y no nos hacemos cargo que eso que nos parece tan natural es, en la historia de las razas humanas, un problema resuelto y un paso más en su civilización progresiva. El hombre, sea cualquiera su raza, ha empezado á contar siguiendo el mismo procedimiento: comparando la cantidad, el número que deseaba expresar, con cosas conocidas en las cuales, la forma ó sus divisiones naturales servian, por ser punto de coincidencia único entre ambos, para fijar la atención y señalar la cantidad: lo mismo se hizo para medir. Hoy sabemos cual es la cosa que, por comparación, da su nombre á determinadas medidas; pero si llegara á perderse el significado primitivo, supondriamos que, palmo, pié, pulgada, eran palabras creadas de primera, intención para significar determinadas longitudes. Esto ocurre con nuestra numeración: uno, dos, tres, etc., etc. solo despiertan en nuestra inteligencia la idea de cifras, porque hemos encontrado en nuestra lengua estas palabras con ese solo sentido, no teniendo conocimiento ni remota idea del proceso seguido para que cada una de esas voces, venidas de otras que en un día representaban un objeto, llegara poco á poco á perder aquella primitiva significación hasta tener solo la de número. Si queremos que un niño nos comprenda, no le decimos "te daré cinco naranjas" sino que poniendo los cinco dedos de una mano ante sus ojos, ó colocando cinco piedras á su vista, le diremos: "mira, así te daré de naranjas". El niño comprenderá, porque habrá _visto_ el número cinco. Entre las centenares de lenguas nacidas del Gran polinesiano, conocidas hoy día por el nombre de lenguas malayo-polinesianas, las semejanzas de sonidos, de gramáticas y de vocabularios son grandes y la numeración, naturalmente, es la que más demuestra su comunidad de orígen. El número cinco, principalmente, se puede afirmar que se dice de la misma manera en la mayoría de ellas: _lima._ Esta voz significa no solo cinco, como decimos, sino en casi todas estas lenguas también conserva su significado primitivo: la mano. Facil ha sido, por esta comunidad de significación suponer que, en una época primitiva, la mano, por su número de dedos, dió su nombre á la cantidad cinco. El trabajo que aquí presento tiene aún algunas lagunas que no puedo llenar, porqué solo conozco un pequeño número de lenguas de esa inmensa familia malayo-polinesiana, más vasta todavía que el mismo oceano donde se asientan las numerosas islas en que se habla. Pongo la primera piedra en este estudio, cuyo edificio otros más tarde llevarán á buen fin. Los tagalog no llegaron á escribir los números con cifras, es decir que, no tenían numeración escrita. La simple enumeración, lo que decimos contar, tiene expresión propia en tagalog, _bilang,_ que se dice lo mismo en casi todas las lenguas filipinas; pero no se puede decir número ni tampoco sumar, restar, multiplicar y dividir. No se crea sin embargo, que no sabian estas operaciones aritméticas que, sin números escritos ni nombre propio, las ejecutaban con la ayuda de objetos á que daban un valor variable. Tenían para estas operaciones unos palillos _ad-hoc,_ de los cuales no sé decir ni la forma, ni la manera de usarlos y si solo citar los nombres que llevaban en algunas lenguas: en tagalog _olat_; pampango, _kalakal_; ilocano, _rupis_. En tagalog se nombran los números como sigue: 1. isá 2. dalawá 3. tatló 4. ápat 5. limá 6. ánim 7. pitó 8. waló 9. siám 10. sangpóo 11. labinisá 12. labindalawá 13. labintatló 20. dalawangpóo 30. tatlongpóo 100. sangdáan 200. dalawangdáan 1.000. sanglíbu 10.000. sanglaksa 100.000. sangyóta. Parece ser que no ha sido siempre esta la denominación de los números en tagalog, al menos hasta la cifra diez, porque el Padre San Lucar dice en su Diccionario que la manera antigua que los tagalog tenían de llamar sus números, era esta: 1. isain 2. duain 3. mampat 4. agyó 5. tongdong 6. kala 7. manapit 8. saga 9. bulair 10. toro. La siguiente es una numeración que me ha sido comunicada por el Sr. Serrano Lactao, de indiscutible competencia en la lengua tagalog, y que le fué á su vez comunicada por una persona de la isla de Marinduque que pretende es la antigua numeración tagalog: 1. isakán 2. dawakán 3. tolokán 4. patán 5. bonlod 6. kibad 7. bayabad 8. kompis 9. kuyapis 10. pok. En la primera de estas numeraciones me parece ver aplicado al tres, un nombre que debía corresponder al cuatro: es posible que fuera un error de imprenta. Puesto que tales nombres no se usan hoy en tagalog no nos ocuparemos de ellos; haciendo solamente notar la semejanza de los cuatro primeros nombres con los del tagalog de hoy. II Isa, uno. En los pueblos primitivos, el primer paso en la numeración se redujo á señalar dos números si se puede decir así: _uno_ y _varios_, lo que en gramática llamamos singular y plural. Este ha sido el principio de la contabilidad. El término tan general, varios ó muchos, aplicado á todo lo que era más de uno, á medida que fueron creándose términos propios para determinar dos, tres, etc., etc., fué perdiendo la significación de las nuevas cifras y señalando desde aquella á donde había llegado la numeración hasta el infinito. Hoy mismo se ven pueblos en el Africa que cuentan así: uno, dos, tres, muchos; es decir que, en cuatro principia para ellas lo incontable. Otros llegan á cinco, á diez y para mayores números emplean la voz muchos, cuya significación se ha ido retirando, ó con más propiedad, reduciendo á medida de la aparición de nuevos términos de significación más particular: lo mismo al fin, que todas las palabras de sentido muy general cuya significación se precisa más de día en día y se limita á medida de los adelantos de las lenguas. Acabamos de decir que la primera numeración se redujo á señalar _uno_ y _varios_: mejor sería decir _solo_ y _varios_. Efectivamente en sandwich, _tahi_, que quiere decir uno, significa asimismo _solo_ y el _mar._ En tahitiano _táa_ significa solo, y por extensión, separado y no casado, soltero: lo mismo en samoa, en que hoy día se dice, _tasi_, uno; pero se conserva al mismo tiempo la voz _sa_ con las significaciones de, alguno, alguien, uno. En tagalog _isa_ significa también solo: la vocal _i_ es una partícula antepuesta á los sustantivos y adjetivos en muchas lenguas malayo-polinesianas. En malayo, uno, se expresa por la voz _satu_ que, según, Crawfurd, es una contracción de _sa-batu_, una piedra, lo mismo que el javanés _sidji_ de _sa-bidji_, un grano, lo cual me parece viene en apoyo de lo que acabo de decir: la idea de uno expresada por _sa_, se confirma y como se particulariza haciéndola seguir de una expresión que significa un objeto único que no recuerde más que la cantidad uno. El Abate Favre dice en su diccionario que _sa_ es una contracción de _satu_ como si desconociera la formación de esta palabra, cuya explicación sin embargo da en su gramática malaya, impresa un año después que el diccionario. * * * * * DALAWA, dos. Es una palabra compuesta de _da_, partícula enunciativa, transformación de _sa_ de una forma más antigua, y de _lawa_. Se ha observado en muchas lenguas malayo-polynesianas que el nombre de los números va precedido de una letra ó sílaba que los gramáticos llaman partícula enunciativa. En la lengua de Tahiti esta partícula es _a_, desde el número 1 al 10 inclusive: de 20 á 99 es _e_, y más adelante vuelve á ser _a_. En la lengua de Timor Laut la vocal _e_ precede los números de 1 á 10. Entre las lenguas filipinas, en pampango se dice _addua_ (2), _atlú_ (3), _apat_ (4), _anim_ (6), _apulu_ (10). En la lengua de Guebé esta partícula es una sílaba, _pi_, desde 1 á 9. Keane dice que la significación de tal enunciativa es sencillamente "uno". Algunas formas más completas que los nombres de números que acabamos de citar explican claramente la interpretación de Keane; sin salir del tagalog citaremos _sangpowo_ por _sa-powo_, _sangdaan_, _sanglibo_. En bicol, _sangpolo_, _sangpolo kag saró_ etc., etc. Es pues evidente que las partículas enunciativas de los numerales son restos, trasformaciones de una palabra que significó el número uno en una época en que la significación concreta de la cosa que se nombraba para representar con ella una de sus cualidades, el número ó la cantidad, no había aún desaparecido. Después, cuando la significación secundaria, la de cifra, fué como aclimatándose hasta el punto de hacer olvidar en algunas lenguas el significado primitivo, el de cosa que en cada número nos proponemos buscar, entonces también se fué olvidando el oficio del numeral delante del numeral, porque ya no hacía falta, sufriendo en algunos nombres cambios eufónicos que obedecían á _modos_, á vicios de pronunciación y llegando á desaparecer en otros. Keane hace observar la forma _esefulu_ del samoa, que significa _un-un-diez_: en filipinas el ilocano nos presta ejemplos semejantes en _sang-a-pulo_ (1O), _sang-a-gasut_ (1OO), _sang-a-ribu_ (1.000), que significan un-undiez, un-unciento, un-unmil (permítaseme esta manera de escribir que espresa mejor una idea). Es digna de mencionarse una forma del bisaya, _napulu ka libu_: _na_ y _ka_ representan dos trasformaciones distintas de la misma partícula enunciativa. También vemos en la misma lengua _ísa-ka-gatos_ (100), _isa ka libo_ (1.000) que significan realmente, un unciento, un unmil. Solo me falta añadir, después de demostrados la existencia y el significado de la partícula enunciativa, que _da_, en _dalawá_, es una trasformacion de _sa_. Nos queda ahora por explicar el origen de _lawa_ que es lo que verdaderamente encierra el significado de dos: proviene del tahitiano _a-rua_, ó más bien _rua_, quitando la partícula enunciativa que ya conocemos. R, D, L, son letras que vemos frecuentemente usadas unas por otras en estas lenguas, asi que tenemos en malayo y bisaya, _dua_, lo mismo que en ilocano y bicol, en pampango _ad-dua_ y en ibanág _due_. En Batangas he oído decir _daluá_; y la voz _lawa_, más comunmente usada en Manila, es el resultado de la insuficiencia de la escritura con caracteres tagalog. Sobre el significado de esta voz, diré que en tahitiano _O-rua_ quiere decir, vosotros dos, ó sea el _dual_ del pronombre de la segunda persona. _O_, es una especie de artículo que se pone en dicha lengua delante de los nombres propios y pronombres. Esta significación de _dual_ de la segunda persona, nos parece más antigua que la de la idea de cantidad que se desprendió de aquella. Es inmensa el área linguística en que el radical _rua, dua_, tiene el mismo significado: en Europa, en Asia, en Oceanía, cientos de lenguas emplean ese radical para expresar la misma cifra. Al reflexionar sobre la palabra que nos ocupa se nos presentan al espíritu palabras de análogo sonido, cuyo significado participa también de la analogía de la forma, encerrando siempre una idea de dualidad. _Kalulua_ ó _kalolowa_ significa para los tagalog, según los diccionarios hechos por católicos, el alma, que según la comprendemos, era una concepción que los tagalog no podían tener y la que indudablemente no podían designar con la voz _Kalulua_. La significación de esta palabra es, "el doble de una cosa", lo que los egipcios llamaban el _"Ka"_; asi es que para los tagalog existia _Kalulua_ para los animales y para los vejetales. La composición misma de la palabra nos viene á demostrar lo que decimos: _Ka_ es una partícula prefija que convierte al radical á que se une en nombre sustantivo, dándole una significación de compañía, como ocurre en español con la partícula _con_ ó _com_ en _compañero_, _compadre_, _contrincante_, etc. etc. --_Lulua_ es la contracción de la repetición de la palabra _lua_, y en tagalog, entre los varios sentidos que la repetición tiene la propiedad de dar á las voces, está la de _imitación_, _representación_, como _fingimiento_. _Kalulua_ tiene pues este significado: "como segundo de persona ó cosa." Otra palabra con este mismo ó parecido sentido es _larawan_, imagen, retrato: parece ser una contracción de la repetición _lawa_ como en _kalulua_, en la que la segunda _l_ está cambiada en _r_, como ocurre con frecuencia, apareciendo al final la partícula sufija _an_, que dá el sentido de "ser hecho." No solo en tagalog descubro una relación entre el nombre del número dos y la voz con que se significa el alma: en tahitiano se dice _varua_ (_rua_, dos); en ibanag _ikararua_, advirtiendo que el prefijo _ika_ es de número ordinal, de donde resulta la significación, aplicada á alma, "lo que hace como segundo"; porque la repetición del radical dá el sentido de "como imitando". El Abate Favre, con otros malaistas, supone que _dua_ malayo, es derivado de _dwi_ sanscrito, lo cual no me parece admisible, no solo porque he demostrado que proviene del _dual_ de la segunda persona en la lengua tahitiana, sino porque no era de esperar que, para denominar una cifra tan pequeña, tuvieran estas lenguas que recurrir al sanscrito, cuando para cifras mayores hallaron, sin recurrir á voces estrangeras, expresiones propias para denominarlas. En las lenguas polinesianas no existen voces de origen sanscrito y todos los nombres de número son de origen puramente local. Las semejanzas de sonido que se puedan hallar, no son más que coincidencias. Casi todas las lenguas europeas nombran la cifra dos con una voz de origen ariano: en casi todas las de Oceanía, ese nombre, de origen polinesiano, ofrece tan grande semejanza con la voz europea, que parecen ambas derivadas del mismo radical. * * * * * TATLÓ, tres. Según mi ilustre y sabio amigo el Dr. A. B. Meyer, los negritos de Mariveles y Zambales dicen _ta-telo_. Esta forma explica la del tag: en efecto, _tatló_ debió ser en un día _sa-teló_ ó _ta-telo,_ haciendo notar aqui lo que con _dalawa_, la presencia de la partícula enunciativa _sa_ trasformada en _ta_ por el capricho ó más bien necesidades de la eufónia. Otra prueba de que la sílaba _ta_ no es aqui más que una partícula enunciativa es que la vemos desaparecer cuando se forman números ordinales, lo que se hace en tag: añadiendo al nombre de número el prefijo _ika: ikalawa_, segundo: _ikatló_, tercero, en donde vemos que _dalawa tatló_ han perdido las sílabas _da_ y _ta_. _Telo_ ó _talo_ se emplea en la mayoría de lenguas polinesianas: _a-toru_ tahitiano, _tolo_ en Rotuma, _telu_ malgache; y en las lenguas filipinas, _tatlo_ en bisaya con la misma formación que en tagalog _tatlo_ en iloc; _tolo_ en bicol: _a-tlú_ en pampango donde vemos la enunciativa reducida á una vocal y _tolo_ sufrir una contracción idéntica al tagalog; _tallu_ en ibanag. En todos estos nombres se observa la permutación de _l, r,_ como ocurrió en _dalawa._ En tagalog el radical _tolo_ significa "añadir el tercer hilo á dos ya torcidos para hacer una cuerda." Yo no puedo afirmar si _tolo/i> era primitivamente el nombre de una cosa, y esta era una cuerda ó si el nombre del número tres se aplicó á la cuerda por estar formada de esta cantidad de hilos ó torcidas: lo que parece claro es la relación de ambas espresiones. Muy probable es sin embargo que se llamara _tolo_ á una cuerda compuesta de tres partes y que de aquí le vinó el nombre á la cifra que hoy significa. _Tali_, que en tagalog como en lengua malaya, significa cuerda, tiene también con el nombre del número que estudiamos gran analogía de sonido: quizas sea una forma moderna y _toló_ una antigua. Me parece lógico suponer que antes de saber contar ya tenían cuerdas y se servían de ellas los pueblos cuyas lenguas nos ocupan, de donde se deduce prioridad á la significación de cosa. La palabra _tolos_, ancla, es otra que consideraremos: las anclas usadas por los malayos tienen varias garras, pero más comunmente tres, como la de los europeos dos. Por otro lado _tali_ tiene además en malayo significación de una "pequeña moneda". Mi sabio y querido maestro el Abate Favre, en su diccionario malayo, dice que este nombre debe sin duda su origen á que su valor (0,65 céntimos de peseta) es igual á cierto número de piezas de cobre, muy pequeñas, que van todas juntas, ensartadas en una cuerda, _tali_. Nos atrevemos á suponer que _tali_, de sonido semejante á _tolo_, se aplicó á esta moneda, no por la circunstancia que supone mi citado maestro, sino porque su valor es el de _tres wang_, siendo el _wang_, según H. C. Milliers, una moneda indígena. * * * * * APAT, cuatro. La primera letra de esta voz es lo único que queda de la partícula enunciativa _sa_, de modo que una forma más antigua en tagalog sería _sa-pat_. En javanés-ngoko, en el que tantas semejanzas se encuentran con el tagalog, se dice _pat_ y también _papat_. El tipo más sencillo, al mismo tiempo que más antiguo, de donde indudablemente proviene la voz _apat_, se encuentra en las lenguas polinesianas: en tahitiano, sund. marq. _ha_; samoano, _fa_, pero no veo en estas lenguas, entre las cosas que _ha_ y _fa_ significan, (peciolo de la hoja del taro, blanco para disparar flechas,) nada que parezca ser lo que dió motivo para aplicar la misma palabra á significar cuatro. Según W. de Humbolt la voz que denomina la cantidad cuatro significa en muchas lenguas "acabado, terminado" lo que le hace sospechar un sistema de numeración cuaternario. El Abate Havre presta un apoyo á esta suposición haciendo observar que en javanés kromo _sakawan_ significa la voz cuatro y "un conjunto, un todo" encontrándose la misma coincidencia de sentido, con una voz diferente, en la lengua tahitiana en donde _aha_ significa cuatro, multitud, conjunto, compañía. Esto viene á confirmar lo que he dicho en el artículo _isa_. El número cuatro representó en un día el máximum de la numeración de los polinesianos, hasta que el nombre de la mano se aplicó á significar cinco. * * * * * LIMÁ. cinco. Nombre común á casi todas las lenguas de la Oceanía: la _l_ cambia en _r_ ó _d_ en algunas de ellas, pero la palabra es la misma, y, en muchas, la significación primitiva de _lima_ se conserva al mismo tiempo que la significación de cantidad que vino de aquella. Ya hemos dicho que significa mano, que tiene de común con la cifra cinco el número de dedos: esta significación se conserva hoy día en las lenguas bugui, makasar, sandwich, ibanag, etc. etc. En tagalog existe una palabra derivada de _lima_ mano que es _lamas_ y quiere decir _manosear_, apretar, estrujar entre las manos. En ilocano la mano se dice _ima_. Algunos pueblos de Africa son incapaces de contar números superiores á tres. Es seguro que en una época contaron los polinesianos solamente hasta cinco: hoy mismo los Basis y las habitantes de la bahía de Triton, en la nueva Guinea, tienen una numeración quinal con la que llegan hasta la sifra 10: los primeros dicen; 1. ben 2. gar 3. niet 4. nianett 5. gurum 6. gurum ben 7. gurum gar 8. gurum niet 9. gurum nianett 10. gurum gurum. * * * * * Y los de la bahía de Triton: 1. samosi 2. rueti 3. turu 4. faat 5. rimi 6. rimsamosi 7. rimrueti 8. rimturu 9. rimfaat 10. rimrimi * * * * * Los mismos tagalog al servirse hoy día de piedrecitas ó sigais para hacer sus cálculos y sus operaciones aritméticas, proceden por agrupaciones de cinco del mismo modo que un español, si contara con las mismas piedras, las agruparía por decenas. Y es que en tagalog existe presentemente la numeración quinal no solo en la forma que decimos sino también en la numeración hablada. En algunas provincias se sirven de las expresiones siguientes: 5, sang kamay (una mano); 10, dalawang kamay (dos manos): 15, tatlong kamay (tres manos), por grupos de cinco hasta llegar así á 45. Para decir 50, con el sistema de multiples de la mano, se diría una palabra bastante complicada: _dalawang kamay na kamav_ (dos manos de mano). En ningún diccionario tagalog he visto señalada la significación de cinco que se dá á _kamay_, ni tampoco la numeración que acabo de indicar. Cuando se contaba por grupos quinales, al número 50 debió aplicarse el calificativo _varios_ que en época más remota, comprendía, como dijimos en el artículo de isa, de dos para arriba. * * * * * ANIM, seis. Repetiré aquí lo que me parece fuera de duda que, delante de cada nombre de número, en una época remota, se ponía la partícula enunciativa _sa_, cuyos rastros vemos en _anim_. Tenemos por consiguiente que considerar solamente _nim_ al buscar el origen de la voz que denomina la cifra seis en tagalog. Entre las lenguas polinesianas, ninguna tiene una voz que se asemeje tanto al tagalog como la lengua hablada en Timor-Laut, grupo de islitas situado entre Australia y Nueva Guinea, descrito y estudiado por Forbes: esta voz es _enim_. En dicha lengua, dicho sea de paso, todos los números, de uno á diez, tienen gran parecido al tagalog; esa, eru, etelo, efat, elima, enim, efitu, ewalu, esi, esapulo. Escusado parece decir que la _e_ que precede estos nombres es una enunciativa, la misma que _sa_ en tagalog. No tengo, de la lengua referida de Timor-Laut, más que una corta lista de palabras, con la que no me es posible saber si _nim_ ó _ni_ tiene otro significado además del de la cifra seis. Una forma más sencilla del nombre _anim_ nos presentan las lenguas tetu y lekale, habladas en él Este de Timor, isla situada en la extremidad oriental del archipiélago de la Sonda: esta forma es _ne_. He aquí una série de trasformaciones de la voz que nos ocupa: tetu y lekale, _ne_; javanés-ngoko, _nem_; timorlaut, _enim_; malgache, _enina_; malayo, _anem_; tagalog, _anim_; bali, _anam_; madurés, _nanam_. En sundanés se sirven de una voz completamente distinta: genap (se pronuncia guenáp), que significa "completo" en muchas lenguas (javanés, malayo, batta, etc., etc.,) lo que parece indicar que en Sonda, hubo un sistema de numeración que llegaba solo á seis, del mismo modo que en polinesia hubo un sistema cuaternario, como dijimos en el artículo _apat_. * * * * * PITÓ, siete. Nombre común á la mayoría de lenguas malayo polinesianas, en donde lo vemos variando su primera consonante en _h_, _f_, ó _p_, y su última vocal en _o, u_, indiferentemente. Marquesano, tahitiano, _hitu_; sandwich, _hiku_; samoano, _fitu_. La forma primitiva de esta voz fué _fiatu_, cuyo origen y formación se pueden aun explicar con la lengua samoa; en esta, una forma anticuada del número tres es _fia_ y la palabra _tu_ significa _cortar, quitar, suprimir_. El sentido de esta voz compuesta, _fiatu_ ó su contracción _fitu_, que es _tres suprimir_, se refiere á los dedos de ambas manos reunidos: de diez dedos se suprimen tres, quedan siete. Más adelante veremos la aplicación de este sistema en casi todas las lenguas de la Oceanía. Volviendo á los radicales _fia_ y _tu_, estudiaremos sus significados en otras lenguas polynesianas. El tahit. _firi_ y sam. _fili_, significan trensar y el sand. y marq. _fio_; tienen la misma significación. Aquí aparece que la palabra _fia_ ó sus trasformación _fio, fiti, firi_ significan _tres_ y un objeto en el cual la cantidad tres entra para algo, como la trensa. Lo mismo hemos notado con _tatlo_ que, difiriendo completamente de _sia_ y sus derivados, tiene la misma comunidad de significación, lo cual prueba que aquella significación de _tres_ y de _cuerda_ ó _trensa_ no es una simple coincidencia y viene en apoyo de lo que decimos en este párrafo, del mismo modo que lo dicho aquí apoya aquello. _Tua_ significa también _cortar_ en tahit. Antiguamente se decía _tu_; pero un rey así llamado, prohibió, según uso tahitiano, el empleo de este silaba en la lengua. En marq. y sand. _tua_, que significa también cortar, tiene además el sentido de _cosechar_. En malg. se dice _fitu_: en javanés ngoko _pitu_ y últimamente tagalog _pitó_. En mal. se usa una voz que por separse por completo del tagalog no nos interesa aquí su estudio: se dice _tudju_, lo mismo que en makasar. * * * * * WALÓ, ocho. Podrá haber estrañado la explicación que acabo de dar de la formación y sentido de la palabra _pitó_. En cuestión de derivaciones y de etimología, fácilmente se penetra en el terreno de la fantasía, y con consecuencias muy lógicas se puede llegar á probar los absurdos más grandes. Prevenido contra este escollo y teniendo como la sensación de que, en el espíritu de algunos, con la explicación de _pitó_, he despertado la duda haciendo sospechar que he incurrido precisamente en eso que quiero evitar, en hacer fantasía, he de principiar por algunas consideraciones sobre uno de los nombres que recibe el número ocho en las lenguas malayas, para que sirva de prueba, por analogía, á lo dicho sobre _pitó_. Al lado de la voz _waló_, con mas ó menos variaciones usada en polinesia, emplean las lenguas que más se acercan al tipo malayo, las voces _delapan_ y _karua_. En mal, sundanés y achinés, se usa _delepan_: es su origen sundanés según J. Rigg, en cuya lengua _dua_ significa dos y _lepan_ doblado. Refiriéndose á los dedos de las dos manos, que son diez, dos doblados, nos dejan ocho. Según mi ilustre amigo el sabio orientalista Mr. Aris. Marre, en las islas de Arru, se emplea la voz _karua_ formada de _ka_ cuatro y _dua_ ó _rua_ dos: es decir, cuatro dos igual á _ocho_. Ahora parecerá muy natural que á _pitó_ le atribuya yo la formación que he explicado y que es del mismo carácter que la de _delapan_ ó _dualepan_. Viniendo á nuestro _waló_ tagalog, debo confesar que me ha dado mucho que hacer. Su forma más antigua me parece ser _walo_ ó _varu_ que se encuentra en samoa, tahitiano, sandwich y marquesano. Su formación creo yo que sea esta: _va-lua_ ó bien _va-rua_. _Va_ y también _iva_ significan en samoa _espacio entre dos cosas, vacío entre dos objetos ó cosas_. _Rua_, _lua ó dua_ significan dos como ya vimos en otro lugar. _Valua_ ó _varua_ ó simplemente _valu_ tendría el sentido de _espacios dos_, refiriéndose á dos manos unidas que tenemos que suponerlas así desde que descubrimos el sentido de _pitó_ y _delapan_: los _dos espacios_ ó _vacios_ ocasionados por la falta de dos dedos, reducen á ocho los que quedan para contar en ambas manos. Puede no satisfacer á muchos esta explicación, no porqué parezca ilógica, sino porque era de esperar que se usara la misma voz que en _pitó_ indicó la sustracción: en uno se dice expresamente quitados dos y en otro la idea de desaparición de dos es secundaria y como consecuencia de dos espacios ó varios, en el lugar en donde debía haber dos dedos. Esto no significa, en todo caso, más sino que no se ha adoptado la misma palabra para expresar la misma idea. Lo principal es que la formación de _pitó_ y _waló_ responde á una misma idea, á un mismo sistema de representación objetiva de cifras. Los números se fueron formando según las necesidades: no había reglas generales para su formación, porque de haberlas se hubiera llegado á _contar lo incontable_ como ocurre ahora con nuestro sistema, que nos permite hacer cálculos y amontonar tales cifras, que nuestra imaginación, se puede afirmar, no las llega á comprender. No habiendo pues una regla general, facil es concebir como _pitó_ tubo una formación y _waló_ otra, habiendo en ambas palabras de común, que se fundan en una sustracción operada sobre la cantidad diez, representada por los dedos de ambas manos. * * * * * SIAM, nueve. Vamos ante todo á demostrar que la forma actual de la palabra tagalog, es el resultado de una série de trasformaciones de la voz _iva_ que significa este mismo número en las lenguas, tahitiana, marquesana sand. y samoa. Al pasar al novo-zelandés su _v_ se convirtió en _w_ y se formó _iwa_: en la isla de Rotuma se añadió una _ch_ y quedo _chiva_ y también _chivu_: la letra añadida fué _s_ en firakú (en el E. de Timor), en donde, además, se convirtió la _v_ en _b_ quedando la voz trasformada en _siba_ y en las lenguas tetu y lekale suprimiendo la consonante intermedia _s_, se dijo _sia_. Por razones de fonética, las lenguas filipinas han añadido una _m_ última y tenemos actualmente la voz _siam_ cuya derivación acabo de demostrar. Hemos dicho en _waló_ que la significación de _vá_ era "espacio": _iva_ es su sinónimo y en aquella palabra se le añadió la voz _rua_ ó _lua_ ó sus contracciones _lu, ru_, por que se trataba de _dos espacios_: aquí que no se trata más que de _un vacío_, no ha tenido que añadirse complemento alguno, aunque me parece muy posible que la _s_, que le precede en tagalog, sea un vestigio de la partícula enunciativa _sa_ que ya he dado á conocer en otros artículos de este estudio. Esta palabra viene á apoyar mi opinión sobre la composición de _varu_ ó _valu_. Del mismo modo la formación de _delapan_ se vió confirmada cuando se supo que, para espresar la cantidad nueve, se usaba en las mismas lenguas la voz _salapan_, cuyo sentido es, uno _sa_ quitado _(lapan)_. En mal, se dice _sambilon_, nueve, formado de _sa,_ uno y _ambilan_ siendo quitado. En achinés se dice _sakurang; sa_, uno; _kurang_ (parecido al tagalog _kulang,_) falta. Los números 7, 8, 9 se expresan en lengua de Palaos siguiendo este mismo precedimiento. Uno, dos, tres se dice: _reb, rub, adolib_ y anteponiendo á estas voces el prefijo _me_ se tiene formado el nombre de las cifras 7, 8, 9. Yo no sé cual sea el significado propio del indicado prefijo _me_, pero sabiendo el sistema generalmente empleado en Oceanía, lógico es suponerle un significado de _sustracción: medilib_, siete, compuesto de _me_ y una contracción de _adolib_, tres: _merub_, ocho (_me_ y _rub_, dos): _mereb_, nueve (_me_ y _reb_, uno). En vista de tantos y tan repetidos ejemplos no cabe dudar ni buscar nuevas pruebas: las palabras usadas podrán ser distintas en la forma, pero no en el fondo y todas nos revelan una misma idea en el sistema de numeración. Si el nombre de _lima_, cinco, que significa también la mano, no nos hubiera puesto en la pista, si se me permite espresarme así, quizás no hubiéramos llegado á comprender el significado de 7, 8, 9; pero una vez provistos de aquel dato relacionamos el sentido de las palabras que denominan estos números, con la existencia de _diez dedos_ de las dos manos, que son los que constituyen el sistema de esta numeración, y no podemos dudar que las etimologias dadas á números tagalog, son no solo lógicas, sino verdaderas. * * * * * SAÑGPÓO, POWO, POLO. diez. Como los números 7, 8, 9, se llaman, como hemos visto, basándose en la cifra diez representada por los dedos de las dos manos, natural es que el nombre de 10 signifique al propio tiempo ambas manos ó cosa que se refiere á ellas. Ya he dicho en el artículo _limá_ que los tagalog emplean la expresión _dalawang kamay_, dos manos, por decir diez: también dije que eran estas expresiones, testimonio de la existencia de una numeración quinal antigua con la que no se podía contar más que hasta 49 ó 50. Podía realmente contarse más allá de esta última cifra, pero á fuerza de repetir la voz _kamay_ se habría llegado á la formación de una palabra incomprensible y complicada. El día que la cantidad diez llegó á expresarse por una palabra sola y propia, la numeración pudo fácilmente ir hasta una cifra doble de la que expresaba el sistema quinal, y se pudo decir 99 y también 100. En muchas lenguas de las que me ocupan, veo una relación entre el nombre de diez y el de una medida. El marquesano _tipoo_, que significa una medida de un palmo, está compuesto de una contracción de _pití_, tahitiano, que significa uno, y de _poo,_ palmo de la mano; lo que demuestra que, como los europeos, se sirvieron de las manos para medir. De aquí probablemente se derivó la forma _tipa_ del tagalog, que significa precisamente el palmo como medida. El samoano _fua_, quiere decir diez y también una medida, no és cual; pero no sería ilógico suponer fuera el palmo ó algo que se relacionara con alguna de las dimensiones de la mano. Aquí tenemos ya una relación entre el núm. 10 y una medida con la mano. En el tagalog antiguo según Noceda y S. Lucar, diez se decía _toro_ y esta voz significa, en pampango, un geme que en tagalog se dice _tumuro_ (_um_, interfijo). Este mismo vocablo significa en ilocano "un ancho de dedo". La verdad es que, _turo_ pampango, significa más bien el ancho de dos manos puestas juntas una al lado de la otra; anchura total que también se mide por la distancia de la extremidad del pulgar y de la del dedo índice estendidos: de allí que este último recibió en tagalog el nombre de _hintuturo_. Más tarde, en tagalog, _turo_ recibió la significación de _apuntar, señalar_, por ser sin duda acción para la cual se emplea el dedo índice. El sentido de muchas palabras me hace ver que las medidas las tomaban con el _ancho_ de los dedos ó de las manos. Del mismo modo que la vara tenía distintas proporciones en las provincias de España, los nombres de medidas se referían también en Filipinas á longitudes no siempre iguales entre las diferentes agrupaciones étnicas, ó, con más propiedad, lingüísticas. El geme, que en pampango y tagalog tenía la anchura de dos manos juntas, solo comprendía en ilocano la anchura de cuatro dedos; es decir, una palma de mano (sin comprender el pulgar). Dice el diccionario del P. Carro: "_sañgapat tamodoan_, un geme", cuya traducción, al pié de la letra, es: cuatro _tamodos_ (de _todo_ con el interfijo _am_). Los bicoles medían también por la anchura de la mano y decían: _dapalan nin palad_, ancho de la palma. En pampango, al lado de _toro_, tenían el _damak_, "medida de cinco dedos que es la mano á lo ancho", según Bergaño; y no se crea que _damak_ signifique la mano ni se asemeja á la voz que designa esta en pampango. Una forma poco usada en el día, en bicol, para decir diez es, _tagnob_, voz que hemos hallado en pampango trasformada en _sapno_ que quiere decir, "cargar con las palmas de las manos". De nuevo tenemos aquí la comunidad, que he señalado, de _significación de diez_ y de algo que se hace con las _dos manos_ ó las respresente unidas. Tantas repeticiones en esta doble significación, que se explican teniendo en cuenta lo dicho y observado en los números 7, 8, 9, no pueden ser hijas de la casualidad y nadie se atreverá á calificarlas de pura coincidencia. Me parece, pues, poder afirmar que las palabras usadas hoy día en algunas lenguas malayo-polinesianas para designar la cifra diez, son trasformaciones de forma y sentido de palabras que, primitivamente, sirvieron para designar una actitud de ambas manos. Pero el tagalog _sangpoo_ es una contracción de _sang polo_. Es inutil pretender que _polo_ deriva de _toro_: tampoco se tiene que recurrir á las lenguas polinesianas: la explicación la tenemos en las mismas lenguas filipinas, en muchas de las cuales _pulus, polon_, significan totalidad, conjunto, todos, sentido que, aplicado á los de los de ambas manos, indicó el número diez. * * * * * LABINISÁ, once; LABINDALAWÁ, doce; LABINTATLÓ, trece; etc., etc., etc. Con los nombres anteriores los tagalog tenían la base para la numeración decenal. Del mismo modo que para nombrar 7, 8, 9, se sobreentendía diez al decir, menos tres dos ó uno, así también, para decir 11 á 19 se decía _más uno, más dos_, etc., etc., sin decir diez. Efectivamente, en tagalog _labin isa_, 11; _labin dalawa_, 12, etc., etc., significa _sobra_, es decir, _de más uno, de más dos_, callando "diez" á que al decir _de más_ se hace referencia. En malgache se siguió el mismo procedimiento; _fuluraikamby_, diez uno-más: en malayo se dice _sa blas, dua blas_, sin que hasta ahora los lingüistas hayan hallado la significación propia de _blas, belas_ ó _welas_ del malayo y del javanés. * * * * * DALAWANGPÓO, veinte; TATLONPÓO, treinta etc., etc., no necesitan explicación después de lo que acabamos de decir, pues su sentido se comprende facilmente. * * * * * SANDAAN, un ciento; DALAWANDAAN, dos cientos; etc. etc. De la centena para arriba, la significación propia de las voces que designan las cifras, en las lenguas polinesianas, es: _mucho, gran número, innumerable_, etc. etc., palabras que aunque no determinan ninguna cantidad, significan una cifra dada que varía según las necesidades de cada pueblo y su grado de cultura. En tahitiano se aplicó el nombre de _rau_, mucho, á la cifra 100: fué sin duda el mayor número que pudieron ó tuvieron necesidad de expresar. En Samoa la misma voz, cambiando la _r_ en _l, se-lan_, un mucho, se aplicó asimismo á igual número. En malayo ciento se llama _saratus_, voz que, más ó menos modificada hallamos en malgache, _zatu_; en javanés-n~goko, _satus_; en ibanag _gatut_; bicol y bisaya, _gatos_ y en ilocano _gasut_. ¿Provienen estas expresiones de la raiz tahitiana _rau_? Es posible y probable que en un principio esta voz representada por el radical malayo _ratus_, careciera de _r_, en cuyo caso no vendría de _rau_, que acabamos de decir, sino de _atus_ ó _atos_. Así lo vemos efectivamente en javanés kromo y en la lengua de Bali; otras veces en lugar de principiar con _r_ lo encontramos con _g_ (ibanag-bicol, bisaya é ilocano) ó con _s_ ó _z_ (javanés-n~goko y malgache). J. Rigg, explica en su diccionario sundanés, que _atus_ ó _tus_ es una abreviación de _tutus_, nombre de una cuerda de bambú que los sondaneses usan para contar y sobre la cual hacen unas marcas: cada decena se indica por un intérvalo y diez de estos intérvalos completan el número ciento y llenan el bambú ó _tutus_, por lo cual dirían _un tutus_, _satutus_, de donde la contracción _satus_. La palabra usada en tagalog, _daan_ no proviene evidentemente de ninguna de las que acabamos de examinar. En pampango se usa la voz _dalan_. Ambas voces significan además en las dos lenguas, camino, paso, pasar, en sentido propio y figurado. Ya hemos dicho que, según los diccionarios antiguos, los pampangos y los tagalog "se servían para contar de unos palillos". No sabemos la forma que tuvieran, pero es probable que fueran _varios_, puesto que dicen "unos palillos" y siendo así, su número pudo ser de diez. Dado esto, pudiera ser que, del mismo modo que los sundaneses decían _un tutus_ para cada bambú lleno de señales de diez, los tagalos después de contar ciento con sus palillos, como tenían que volver á contar con los mismos, decían _sandaan_, un pase, es decir: contados una vez, que era decir ciento, puesto que para concluir con su cuenta se llegaba á esta cantidad. En pampango se dice _dinalan_, es decir, "se pasó". * * * * * SANGLIBU, un mil. Para expresar esta cifra han empleado los marquesanos, lo mismo que los sandwichs, la voz _mano_, mucho, de idéntica significación que las que los tahitianos y samoas, como dijimos antes, aplicaron á ciento. Estos últimos tienen el vocablo _afe_ para expresar mil y los tahitianos han tenido que formar una palabra nueva, _tawatimi_, compuesta de _tawa_ pronombre demostrativo y de _timi_, incontable innumerable. Las lenguas malayas emplean una voz de orígen extranjero: _ribu_, que en tagalog hace _libu_, proviene según mi maestro el abate Favre del hebreo _ribbo_, por el intermedio del árabe, aunque es verdad que _ribbo_ en hebreo y _ribet_ en árabe significan diez mil; pero, como pronto veremos, los malayos, al adoptar nombres sanscritos de cifras elevadas, han confundido su verdadero significado y las han consagrado á nombrar números diferentes que en la lengua de donde los tomaron. * * * * * LAKSA, diez mil. Esta cantidad tiene nombre propio en muchas lenguas polinesianas. Ya hemos visto que la voz _mano_, gran número, gran cantidad, se aplicó en marquesano y sandwich á significar mil: en Samoa la emplean para señalar diez mil. En malayo, makasar, sundanes, javanés, dayak, lo mismo que en la mayoría de lenguas filipinas, se dice _laksa_, voz de orígen sanscrito, cuyo significado en aquella lengua es de cien mil. No pára aquí la denominación especial para números de una cantidad elevadísima. El tagalog emplea aún la siguiente: * * * * * YOTA, SANGYOTA, cien mil: _Sang_ es una forma del numeral uno. En sanscrito _ayuta_ significa solo diez mil, por lo que se ve que, en tagalog, se ha permutado la significación de _laksa_ y _ayuta_. III Después de este pequeño estudio se pueden sacar las siguientes conclusiones: El origen del nombre de los números tagalog es triple: 1.º origen polinesiano, el más antíguo, el de la primera numeración; oceaniano, porque es común á casi todas las lenguas malayo-polinesianas: 2.º orígen própio: 3.º orígen extranjero, árabe ó hebreo (que para mi modesta opinión es lijeramente dudoso) y sanscrito. La presencia de los nombres sanscritos significando números tan altos como diez y cien mil no debe hacernos sacar una falsa conclusión, á saber: que la numeración, por las necesidades materiales de estos pueblos, tuvo que admitir esos nombres para la facilidad de sus cálculos. La introducción y la adopción de esas voces no ha tenido un fin práctico, y es en la poesía, en los cuentos, en la literatura, en fin, de orígen hindu, tan llena de exageración oriental, ó más bien infantil, que encontraremos la razón del uso de tales voces. --- Provided by LoyalBooks.com ---